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martes, 15 de febrero de 2011

Volvemos... para quedarnos.

Aquella fatídica noche. La desgracia de San Siro. El día que vimos a Oliver Kahn con más rabia que nunca...

Hay millones de nombres para definir la noche del 23 de abril (día de San Jorge) de 2001, en la que el Valencia volvía a una final de Champions League por segundo año consecutivo.

Por aquel entonces, yo acababa de cumplir una semana antes mis 11 añitos, y jugaba en el Club de Tenis Benidorm, razón por la cual no me dio tiempo a ver el gol de Gaizka Mendieta de penalti en el tercer minuto de juego. Recuerdo, sentado en el asiento trasero de un Toyota Corolla, con Luis, mi padre, conduciendo, y mi madre, Feli, sentada a su derecha, volviendo del Polideportivo, de un entrenamiento como un miércoles cualquiera, y de camino a casa lo más rápida y responsablemente posible, escuchando el ya olvidado(por mi parte), Carrusel Deportivo de la Cadena Ser, y el partido narrado por Manolo Lama. A los 2 minutos de juego, oímos al cordobés gritando "¡Penalti a favor del Valencia!", y un inocente chavalín de poco más de una década de vida diciendo: "¡Papá! Si marca Mendieta, dale al cláxon". Y así hizo.

Mi padre, que tantas horas de fútbol he pasado con él y mi compañero favorito delante de una televisión, me dijo en ese momento: "Tranquilo, el Valencia va a ganar". Ahora me río, porque en ese momento me tranquilicé bastante, pero años después, hacemos repaso de comentarios con resultado totalmente opuesto que ha hecho este pobre hombre, y es ya una tradición, como aquel comentario de "es flojito ese Cristiano Ronaldo, ¿no? Vaya pufo...".

Ya en la segunda parte, Effemberg marcó de penalti la igualada, y hasta el último momento mantuvimos la esperanza de que Cañizares detuviera la pena máxima por segunda vez en esa noche. Pero no. Esta vez, Effemberg tiró tan bien el penalti que Cañizares ni se precipitó al suelo. 

Y llegó. Llegó la tanda de penaltis. Con el fallo inicial de Paulo Sergio, veíamos cada vez más cerca ese sueño de conseguir lo que un año antes el Real Madrid no nos arrebató sin dejarnos ni pelear por ello. Mi padre volvió con sus "presagios" tan acertados: "Esto está ganado, Jorge, está ganado...". Fallaron Zahovic y Carboni...

A pesar de todo, me acordaré de mi padre esa noche, porque no se le ocurrió mejor momento para acertar en sus predicciones. Sí, dijo: "Pellegrino falla...". Y paró Kahn.

Fueron lágrimas e insultos los que compartimos Cañizares y yo esa noche, por lo que hoy, en Mestalla, tenemos la oportunidad de devolverle a Alemania un sueño roto, una desilusión, y una bajada de humos a toda la prensa parando en seco la racha de Raúl. Volvemos a caminar por un camino de brasas, y sólo llega uno al final. No sé que pasará, pero ilusión nos sobra. Esta vez, volvemos para quedarnos.

Amunt València

1 comentario:

  1. Acaba el partido y Raúl ha destrozado él solo, acompañado de una banda al Valencia. Pero queda el partido de vuelta. Ni en sus mejores sueños, el Shalke pensaría en eliminar a un equipo del nivel de los valencianos, y no hay más que mirar el lugar que ocupa en la Bundesliga. Pero Jorge, tú que tienes el móvil de Emery, dile que su centro del campo lleno de Choris, Costas y similares, consigue que se eche de menos a Baraja/Albelda, más que a Silva/Villa, que ya es decir. Dos apuntes: Guaita el mejor, y Vicente rápido al Atlético de Madrid, antes de que se arrepientan.

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